lunes, 17 de mayo de 2010

Un cuentito (Primera parte)

Había una vez una casita al lado de un río, donde los pájaros nadaban y los peces trepaban árboles. La casita estaba hecha de nubes alcochaditas con plumas de pato. Allí vivía una niñita muy peculiar. Tenía el pelo rizadito y los ojos muy muy grandes. Era regordeta y muy simpática. Siempre estaba feliz y siempre se reía por cualquier tontería. Un día, la niñita estaba dándo de comer a las rosas trepadoras cuando de pronto vio venir una mariposa real conducida por un "gaconj", una especie de ser que solo se encontraba en el interior de las amapolas. Entonces, el gaconj le dio un mensaje a la niñita, que sonriente y desconcertada lo tomó y lo leyó. Aquel mensaje provocó que la niñita cambiara de color de piel, se volvió azul. De pronto el gaconj y la mariposa desaparecieron sin hacer ni un ruido.

Al cabo de unos días, por el bosque se cruzó con un nene que tenía un nombre muy extraño. Se quedaron mirando como si todo se parase, el río no andase y los animalillos y las plantas no quisiesen molestar. Ya se conocían, pero hacía largo largo largo tiempo que no se encontraban. Entonces el nene con nombre extraño le dio una fresa y le dijo que la había cogido mientras el dragón estaba durmiendo. Ella la tomó con todo el cuidado del mundo y sonrió. Pero no tenía tiempo de quedarse a charlar, se lo agradeció y a cambio le dio una estrella. La niña volvió a cambiar de color, esta vez era naranja.

domingo, 9 de mayo de 2010

¿Hacia dónde?

Primero: oscuro. Negro. Ni luces ni sombras.
Segundo: Punto blanco. Mínimo...
Tercero: Recobecos. Gris, iluminando.
Cuarto: un hombre grita, casi llorando. "¡Qué grande, qué grande!"

Dios. ¿Dios?

Una mirada fija... en la lejanía. Fuerza, raza. El viento corre y corre y corre y

_______________________________Todo rebosante, de -Alegría-